“Los resultados obtenidos para un lenguaje formalizado tienen también una cierta validez para el lenguaje coloquial, y esto se debe a su universalidad: si traducimos al lenguaje coloquial cualquier definición de una oración verdadera que ha sido construida para algún lenguaje formalizado, obtenemos una definición fragmentaria de la verdad que alcanza a una categoría más o menos amplia de oraciones.”
A. Tarski. 1935
Una de esas palabras sobadas por el uso, deformadas y aplastadas, ensuciadas de pasar por tantas manos sudadas y sucias y ser malentendidas y que casi siempre es lanzada al aire sin pensar, como diría un lógico medieval, Roscelino, como una mera explusión de aíre (con perdón), una flatus vocis... esa es la palabra "lógica". Es..., es lógico. Es un término, que diría Aristóteles, el fundador de esta ciencia, equívoco. Es decir, que "lógica" se dice de, se usa para, varias cosas distintas, algunas de ellas cercanas y parecidas, que toman el nombre por la similitud del concepto que representan. Otras un poco más distintas y, otras incluso, que no tienen mucho que ver.
Ayer fui a ver al cine Chappie, y hoy me he decidido a empezar este blog que estaba barruntando hacía tiempo, desde que exprimí ya al máximo lo que se puede exprimir el limón de la filosofía en el contexto de mi deporte, el trail running, en Remontando por la Vida.
La ciencia lógica nació, como Atenea de la cabeza de Zeus, adulta y armada, completa y tan bien planteada que no necesitó ninguna actualización relevante en dos milenios. No como Windows y Mac. Es la ciencia que... bueno, la definición del Maestro es "cierto arte cuyo oficio es, dadas ciertas cosas, seguir a partir de ellas otras distintas de estas, solamente porque las primeras fueron puestas".
Esa oscura definición quiere decir que la lógica se ocupa exclusivamente del estudio de las relaciones de consecuencia dentro de los lenguajes.
En el caso de los lenguajes formales, es decir, los lenguajes artificiales exactos, dónde todo está definido, esos llenos de "garrapatos" que se usan en las ciencias matemáticas, las relaciones de consecuencia son tan necesarias, tan fuertes, que permiten hacer sucesivas operaciones e "inferencias" que lleven desde unos conjuntos de caracteres que se pueden interpretar como un reflejo de la realidad, a través de una larga (o corta, depende) cadena de operaciones, hasta un resultado no inmediatamente discernible aplicando simplemente unas reglas de transformación sobre esos símbolos, sin necesidad de entender siquiera qué signifique cada uno de los pasos intermedios. El resultado de esas operaciones mecánicas hechas sobre símbolos pueden ser interpretados como un reflejo de la realidad. Eso es lo que ocurre cuando se calcula el área de una finca rústica o se hacen las operaciones necesarias para poner un satélite en órbita. Primero se mide la realidad, se escriben los símbolos en un papel (o en un iPad, qué más da), se opera sobre los símbolos y, el resultado se interpreta y traduce como la solución al problema que se tiene.
Dentro de los lenguajes no formales también hay relaciones de consecuencia lógica, pero se camina sobre un suelo más resbaladizo. Es más fácil dar un paso en falso, como cuando se pisa una raíz húmeda cubierta de barrillo al bajar por un sendero corriendo.... ¡Qué me voy de tema! Disculpad. La costumbre... y es el terreno por el que caminó la lógica aristotélica casi durante dos milenios hasta que se empezó a aplicar la lógica a lenguajes de símbolos artificiales, lenguajes formales con los que, incluso, un tipo como Alan Turing pudo programar ordenadores y empezar a soñar con la posibilidad de que esas máquinas pudiesen llegar a pensar por si mismas.
La película no os la voy a contar, podéis estar tranquilos esta vez, solo meteré spoilers de aquellas que me causen un profundo disgusto, como labor social y gesto amistoso hacia mis semejantes.
Se aborda en la película desde el "programa de investigación" de la IA clásica y, dentro de esta, la IA fuerte el problema de la autoconciencia entre otros. En este enfoque se pretende reproducir la inteligencia mediante programación de máquinas de Turing (ordenadores), es decir, a base de "mascar código" en un lenguaje de programación que después se compilaría para que fuese comprensible para las puertas lógicas de la máquina en cuestión, por ejemplo, las que forman su microprocesador. Un programa así construido tendría respuestas a las entradas indistinguibles de las que produciría otro ser inteligente (usted, amable lector, por ejemplo).
Ayer fui a ver al cine Chappie, y hoy me he decidido a empezar este blog que estaba barruntando hacía tiempo, desde que exprimí ya al máximo lo que se puede exprimir el limón de la filosofía en el contexto de mi deporte, el trail running, en Remontando por la Vida.
Iba a enlazar el trailer, pero es horrendo, ahorráoslo si podéis. |
Esa oscura definición quiere decir que la lógica se ocupa exclusivamente del estudio de las relaciones de consecuencia dentro de los lenguajes.
En el caso de los lenguajes formales, es decir, los lenguajes artificiales exactos, dónde todo está definido, esos llenos de "garrapatos" que se usan en las ciencias matemáticas, las relaciones de consecuencia son tan necesarias, tan fuertes, que permiten hacer sucesivas operaciones e "inferencias" que lleven desde unos conjuntos de caracteres que se pueden interpretar como un reflejo de la realidad, a través de una larga (o corta, depende) cadena de operaciones, hasta un resultado no inmediatamente discernible aplicando simplemente unas reglas de transformación sobre esos símbolos, sin necesidad de entender siquiera qué signifique cada uno de los pasos intermedios. El resultado de esas operaciones mecánicas hechas sobre símbolos pueden ser interpretados como un reflejo de la realidad. Eso es lo que ocurre cuando se calcula el área de una finca rústica o se hacen las operaciones necesarias para poner un satélite en órbita. Primero se mide la realidad, se escriben los símbolos en un papel (o en un iPad, qué más da), se opera sobre los símbolos y, el resultado se interpreta y traduce como la solución al problema que se tiene.
Palas Atenea naciendo de la cabeza de Zeus adulta, vestida y armada, como la Lógica de la mente de Aristóteles |
La película no os la voy a contar, podéis estar tranquilos esta vez, solo meteré spoilers de aquellas que me causen un profundo disgusto, como labor social y gesto amistoso hacia mis semejantes.
Se aborda en la película desde el "programa de investigación" de la IA clásica y, dentro de esta, la IA fuerte el problema de la autoconciencia entre otros. En este enfoque se pretende reproducir la inteligencia mediante programación de máquinas de Turing (ordenadores), es decir, a base de "mascar código" en un lenguaje de programación que después se compilaría para que fuese comprensible para las puertas lógicas de la máquina en cuestión, por ejemplo, las que forman su microprocesador. Un programa así construido tendría respuestas a las entradas indistinguibles de las que produciría otro ser inteligente (usted, amable lector, por ejemplo).
Aún así y como ejercicio interesante podemos pararnos discutir al salir del cine el porqué no emplean en Chappie Redes Neuronales Artificiales (RNA), el otro "programa de investigación" sobre IA y hoy en día mucho más cercano al paradigma mayoritario en las ciencias cognitivas, el conexionismo. Es decir, en vez de escribir lineas de código que "corran" en una máquina, se trata de entrenar una "simulación" de red de neuronas, un espejo de un cerebro real, hasta que el entrenamiento produce una conducta de respuesta en la red a los estímulos indistinguibles de las que produciría una red natural como la que usted está empleando en este momento (¡Aunque fíjese para qué!¡Salga a la calle, caramba, que hace un sol de primavera maravilloso!). Si les parece que esto es "ciencia ficción" que sepan que se emplean hace décadas, sobre todo en la industria militar.
Esquema de la estructura de una Red Neuronal Artificial sencilla |
Porque al final el "programa de investigación", es decir, el marco que une la lógica del descubrimiento científico con el contexto social y económico en que se desarrolla, está marcado por los programas de defensa (otro acierto de la película). Las universidades de todo el mundo siguen al MIT (Instituto Tecnológico de Massachusett) y un gran trozo del pastel del presupuesto del MIT viene del Ministerio de Defensa de USA (un saludo a los currantes de la red Echelon, buen día). Si después de la Segunda Guerra Mundial y durante la primera parte de la Guerra Fría que el objetivo era interceptar y decodificar mensajes del enemigo comunista, se potenció la investigación de IA clásica, que es muy buena haciendo eso, desde antes de la primera Guerra del Golfo ya estaba claro que era muy rentable que los misiles pudiesen viajar reconociendo el terreno, distinguir un objeto de otro para saber contra cual debía explotar o que los sonar de los submarinos subiesen distinguir una mina de una piedra y un cachalote de otro submarino lleno de tipos rubios crecidos en las frías tierras del Este. La financiación se fue rápidamente hacia las RNA que resultaban mucho más prometedoras.
Una película muy recomendable del director de Distrito 9, y con ciertas similitudes (por si os gustó). La construcción de los principios morales y el problema del mal en la naturaleza humana son temas que sobrevuelan la película que no me importaría poner para abrir unos cuantos debates en un aula de secundaria si no fuese porque la filosofía va a desaparecer prácticamente de las aulas próximamente.
Al fin y al cabo otro ejercicio de violencia